Recorremos una de las vías verdes con menos pasado ferroviario de España. Y es que las vías del ferrocarril que unía Santiago con A Coruña son relativamente jóvenes, pero se empezaron a pensar nada menos que en 1864.  Pero concesiones y proyectos iban fracasando año tras año. Se le llegó a conocer como Ferrocarril de La Tieira. Los empresarios se sucedían, e incluso se llegó a barajar en hacer la vía en ancho métrico. Finalmente el impulso del Plan Preferente de Ferrocarriles de Urgente Construcción, el famoso Plan Guadalhorce, y los apremios de las autoridades navales para mejorar el acceso al Arsenal de Ferrol, propiciaron, por fin, el arranque de las obras en 1927, como tramo final del Directo a Galicia, oficialmente el Ferrocarril de Zamora, Orense y Coruña.

Como todos aquellos ferrocarriles del Guadalhorce, no se reparó en gastos: se hizo para doble vía, y no se arredraron para afrontar la dura orografía gallega, con hasta 19 túneles que suman 8,5 km de galerías en el total de 74 km de la línea. Pero esta dificultad técnica y la Guerra Civil pospusieron su puesta en marcha hasta marzo de 1943.  Nuestra vía verde recupera un corto tramo de aquella línea que, al hilo de la construcción de la nueva red de alta velocidad, en 2011 quedó fuera de servicio por la construcción de una gran variante, buena parte de ella soterrada.